Nuestra historia

Túnel del tiempo

Cuando llegó Altos Hornos a Monclova, en los primeros años de los cuarentas, la ciudad que era muy pequeña, contaba con apenas tres o cuatro escuelas primarias que apuradamente cubrían las necesidades de la población. Funcionaban la Escuela Moderna, la Venustiano Carranza, el Colegio Monclova,  dirigido por el siempre recordado  Prof. Silvestre Flores Adame y en el Pueblo, la Francisco I. Madero.  
Con AHMSA arribaron importantes contingentes de empleados y trabajadores, con sus familias que vinieron a romper el equilibrio de la población en muchos aspectos; uno de ellos, el referente a los servicios educativos.
Para ayudar a resolver los problemas que la misma empresa propiciaba, AHMSA principió a apoyar la creación de nuevas instituciones educativas y así surgió, por ejemplo, la Escuela Niños Héroes y el edificio de la Escuela Secundaria que recientemente se había creado.

En la corriente de inmigrantes, es sabido que llegaron numerosas familias de norteamericanos que se encontraron con el problema de la educación de sus hijos; de tal suerte que pronto se tomaron las medidas adecuadas para subsanarlo, y es así como surgió en 1946 el Colegio México Americano, que en su origen mezclaba niños norteamericanos con mexicanos, atendidos por personal bilingüe.

El primer local que ocupó el Colegio, estaba situado donde ahora se encuentra la agencia Chrysler y el frente lo tenía precisamente en el extremo sur de la calle Guerrero donde ahora hay un espacio abierto que utilízala agencia para exhibir coches. Ahí permaneció hasta 1948 para luego mudarse a la “Quinta Primavera”.

La Quinta era una vieja construcción situada donde ahora se encuentra la cancha deportiva de la Sección 147. Tenía una gran pista de mosaico que se alquilaba para las famosas “lunadas” y además, una gran huerta.

El Colegio permaneció en ese lugar hasta 1950, para luego instalarse en una casa situada en la parte norte de la calle Morelos, frente a la Plazuela Victor Blanco. Como la casa no tenía un patio adecuado, el recreo se daba precisamente en la plazuela, bajo la vigilancia de las maestras. La dueña de la casa permitió que el Colegio ocupara la casa solamente un año, hasta 1951, así que al cabo de ese tiempo la institución mantuvo que emigrar a una vieja casona que estaba situada por la calle Hidalgo, precisamente donde ahora se localizan las instalaciones de Telmex.

Para entonces el Patronato del Colegio, siempre apoyado por AHMSA, construía a marchas forzadas, los modernos edificios que desde 1952 ocupa sobre la calle Matamoros la ya antigua institución que ha brindado a la sociedad más de setenta años a varias generaciones de ciudadanos.